Bienvendidos

Poemas mios y otros cuentos son las ideas remotas del inconciente de Gabriel. Por favor no tomar los poemas como reflejos de armonía ya que han sido compuestos en el total caos. Los cuentos son efectos de la terapia, por lo que parece que son mas serenos

jueves, 18 de febrero de 2010

Caminos maltrechos

Vamos hacia algún lugar
Por estos mal trechos caminos.
Caminamos cargados de mentiras
Como burros pero sin quejarnos
Vamos en esta vida cuesta arriba.
Y cada tanto miramos el cielo
Buscamos algún milagro entre
Las lagrimas y el dolor de
Lo que dejamos atrás.
Como todo nos refugiamos en
Lo profundo donde el sol y la luna
No llegan a espiar. Y ahí es donde
La careta cae y mostramos el corazón
Desangrado de sentimientos.
Marcado los talones de tanto andar
Sobre piedras, los ojos ya artos de
Llorar por un pasar mejor pero vamos
Por caminos mal trechos donde
Jugamos con palabras rogando por
Un minuto real de felicidad.
Y van los ángeles hacia vos que estas ahí
Sin mas parada en el camino frente a
Lo que es tu pasado sin ganas de darte vuelta
Y dar cara al sol, enfrentar lo que pasa.
Ya cansada de ver como el Diablo y Dios
Se quedan con la carroña de tu mundo
Inmundo ya reventado de promesas y palabras
Llevadas por el viento que nos enferma más
El alma, mata lo que ya no nos queda y deja
Al cuerpo desnudo de magia.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La cuerda

Hoy me siento frío, las manos sangrantes de tanto tirar de esta cuerda que esta rompiendose cada segundo, esta cuerda que en esencia es mi vida...Mi vida es como una cuerda que se va cortando y escurriendo entre mis manos. Hoy me siento frío, la cuerda cada vez mas rota, cada vez derramando mas sangre, cada vez menos vida, y mis manos que sostienen la cuerda, que sostienen esta vida que se parece a una cuerda, que se rompe cada segundo entre mis manos que sangran que se desviven, y la cuerda que se rompe, que se separa, que sangra como mis manos, que son mi vida, vida que es una cuerda en mis manos que se rompen cada segundo, sangran, sangran como la vida,como la cuerda que se parece a mi vida entre mis manos.Hoy me siento frío, las manos sangrantes de tanto tirar de esta cuerda que esta rompiendose cada segundo, esta cuerda que en esencia es mi vida.

viernes, 12 de febrero de 2010

La tigra

Ya hacia horas que estaba acorralado. Tenía la opción de matarla y caminar tranquilo sin la preocupación que nadie seguiría sus pasos, nadie asechara en su camino.
¿Salir corriendo? Imposible, sus piernas estaban heridas profundamente por el cansancio, pese al descanso bajo la mirada estricta de una mirada que anticipaba sus movimientos o eso creía. Los mosquitos seguían torturando la piel transpirada. Él podía oír sus pasos allí atrás, la botella de caña estaba vacía y el sol bajaba tras el monte. Él sabía que no tenía mucho tiempo, que pronto caería la noche, que no podía escapar de la prisión de puertas abiertas custodiada por fauces filosas.
La selva no era el mejor refugio, lo encontrarían, además el grito de la escopeta alertaría a las familias que vivían en este monte donde él era solo un extraño. Otra opción era correr río abajo, buscar algún refugio abandonado. Era suicida intentar escapar de esa manera pero la luz caía en el horizonte y seria tarde escapar en la noche.
En una acción se puso de pie y corrió a toda prisa, entre la selva, sus pasos retumbaban con la lluvia, su corazón aun más, seguía el ritmo del miedo, golpeaba fuerte en su pecho.
Al cruzar por un limpión de la selva y escuchar por sobre la lluvia el correr del río y se sintió aliviado, más calmo, esperanzado quizás.
Solo una barranca lo separaba de la deseosa ribera, una barranca de unos quince metros que abruptamente descendió tras el ataque inesperado de ella. El viejo al reponerse, sacó el machete esperando un último ataque, un ataque final. Pero ella estaba ahí arriba, solo miraba a su victima indefensa, sin oportunidades de escapar, pero sus ojos no buscaban sangre, buscaban piedad, un pésame.
A las espaldas del viejo, un grito leve que la llamaba. El hombre dio unos pasos hasta encontrar el refugio del macho. No es digno para nadie, ni siquiera para un animal sufrir así. Hacía días que no comía, su pata izquierda casi arrancada por los perdigones. Estaba muriendo y no había forma de evitarlo.
El viejo entendió el acoso, la lluvia había cesado. Tomó la escopeta y cerrando los ojos jalo del gatillo _Ese gringo hijo de una gran puta nos jodio a todos_
Otras gotas comenzaron a caer y junto con ellas sobre los pastizales cayó la tigra, llorando, tal vez como una persona.
Al llegar a su refugio, con la camisa sucia y mojada en sangre y agua se sentó, botella en mano comenzó a reír como un loco y tomaba largos tragos de caña. El libro frente a él, ese que estuvo leyendo durante seis años, comenzó a tomar forma recién. Comprendió todo lo que habia sucedido: la muerte de su mujer, el exilio de la tribu, el personaje del libro reflejado en él, la tigra y su macho, la venganza y ahora el suicidio.

martes, 9 de febrero de 2010

La casa del olvido

En las habitaciones, detrás de cada puerta,
Solo se encuentra al vacío ocupado por el tiempo.
En los pasillos, en cada paso, se siente el polvo de siglos.
En las paredes, en cada ladrillo, la memoria olvidada.

En esos jardines de rosedales secos,
Árboles desalmados, solo cuervos cubren sus ramas
Las fuentes y estatuas rodeadas de galerías donde
Vaga sonriente y fría la muerte.

Y en el centro del jardín un aljibe y en lo profundo el agua.
Su perfume que escapa de las profundidades, de las sombras
Para purificar el aire de tanto olor a muerte.

Así la vida vive entre la muerte, oculta, enterrada.
Y al escapar su esencia despierta a la casa del olvido,
Le devuelve el alma a los árboles, espanta a los cuervos.
Y todo aquello revive, se llena de luz.
La usurpadora muerte escapa, se esconderá en otras casas,
Y volverá a sonreír cuando todo se apague
Porque así es su naturaleza.

lunes, 1 de febrero de 2010

Estoy enamorado…
Enamorado de la noche
Dama blanca de finas manos
De luz de luna, de ojos negros
De inmensa oscuridad.

Estoy enamorado…
Enamorado de las sombras
De sus frías caricias
Que me envuelven, me dan refugio
De su infinito final.

Estoy enamorado…
Enamorado de la muerte
De sus huesos, de su hoz
De sus arenas de tiempo muerto
De la sangre que derramo por ella

Estoy enamorado…
Enamorado del sueño
De su fugaces realidades
Que es llanto y risa y es ciego, irreal
Y es mío

Estoy enamorado…
Enamorado de ella
Que es todo:
Noche, sombra, muerte, sueño.
Y además es ausencia.

martes, 26 de enero de 2010

Ahora solo son recuerdos fugaces que corren frente a él por el camino de los eupcaliptus. Cada minuto sentado en la vereda del rancho le parecen muy largos tanto como horas.
Se dedicaba a sus pobres libros maltratados por el tiempo, al silencio del campo que lo rodeaba, a recorrer los senderos a caballo.
Pero solo cuando sus pensamientos le daban tregua se dedicaba a escribir, en silencio, en la sala de estar. La noche se hacia tan oscura como la habitación misma donde solo se mantenía la luz de la vela donde él estaba sentado.
Sus largas horas de escrituras dedicadas a su pobre memoria, escribir lo que había hecho, lo importante, los detalles, escribir desde el minuto que despertaba hasta los últimos segundos que se mantenía despierto.
Los recuerdos que no podía sujetar, eran totalmente olvidados, pero aquellos anotados terminaban en un gran cuaderno de notas que cada tanto abría para saber que fue de semanas anteriores, que cosas eran simplemente detalles y que cosas valían la pena recordar.
Él estaba en un tiempo y lugar que sus notas no le decían. Su libro lo llevaba muy lejos en el tiempo, pero nunca le explicaba nada de su amnesia, de su vida antes de las notas, si fue un hombre condenado o fue un hombre a quien le dieron la bendición de olvidar.
Muchas veces sus sueños eran reales, tan así que despertaba en la oscuridad creyendo que eran recuerdos y los anotaba, pero eran guardados en un cajón junto a su cama. No podía distinguir si solo eran sueños o recuerdos.
En sus cabalgatas muchas veces parecía reconocer un algarrobo, tanto así que pensó que pertenecía a su pasado, que era parte de él y que en sus raíces estaban las raíces de él. Era un sentimiento extraño, recordar o creer recordar algo de su vida, tirar de las riendas del caballo, y quedarse frente al árbol, inmóvil, sin poder encontrar lo que conectaba la planta con su vida.
Cada vez las notas eran mas largas, podía retener sus recuerdos sin la necesidad de escribirlos, pero por un cierto miedo tras dos o tres días volvía a las notas e intentaba no olvidar nada.
Él no podía recordar mas allá de lo que leía en sus notas, no reconocía fechas, hechos, personas que en sus sueños se hacían presentes, no sabia lo que había sido de él antes de encontrarse en ese campo.
Estaba sentado frente al camino, no había recuerdos que lo aferraran a ese campo, a esa soledad, a ese olvido.
Tomo sus notas, un dinero que no sabía si en verdad era suyo y salio a la ruta, de allí miro el rancho a lo lejos entonces lo intento olvidar y no pudo siquiera borrar la imagen, no pudo desarmar todo aquello. Y se dio cuenta que siempre fue así, que nunca hubo vida detrás de aquellas notas, que el olvido era solo un recuerdo que tenía, que sus años en ese rancho, en ese campo fueron algo a lo que se puede llamar vida.
Entonces se sintió olvidado, se sintió ausente tras los limites del campo, en ese camino que no sabia a donde lo llevaría sintió miedo. Él no conocía el mundo o no lo recordaba, no sabía de los hombres que lo habitaban, de las cosas. Desconocía todo aquello que lo aguardaba con las garras afiladas, soltó sus notas que se desparramaron con el viento, parado en esa ruta, mirando hacia todos lados se dio cuenta que era volver a empezar y el problema no era recordar, ahora un terror mayor lo arrebato: era decidir.

lunes, 25 de enero de 2010

Verse a si mismo
Sangrar una y otra vez por las mismas cicatrices
Y se hace dura la tierra
Se vuelve trabajo la vivir.

Se hacen deseos cosas simples
Se vuelve negro los días
Y llorar ya no sirve
Y queda aguantar, besar los pies del amo

Sin dignidad, sin respeto
Ríen en las cenas, banquetes de oro y plata
Y mojan los labios con un vino sangre
Y comen carnes negras de dolor

Y aguantar el látigo,
Soportar que la piel se haga yagas
Que la crudeza del trabajo
Apenas si da para sobras

Entonces es solo dolor
Es la esclavitud

jueves, 21 de enero de 2010

El Alquimista

Practica nº 1 de Palabras:
Palabra a utilizar Revolución

Efectos al exponerlas a la tierra:
No se hunde, se afirma, hace brotar sangre y lagrimas, se hace mas resistente, se hace mas grande.

Efectos al exponerla al fuego:
No se quema, se forma una aleación con el componente, se vuelve arma, se vuelve aun mas resistente que con la tierra y mas guerrera.

Efectos al exponerlas al agua:
Se apacigua, pero no sufre oxidaciones, esta como en un momento de transición, es fácil de manejar, no muestra resistencia, pero es dura irrompible casi tan duro como el diamante. Es pacifica.

Efectos al exponerla al aire:
Se vuelve voz, se hace canción, se hace grito, se hace arte, y se vuelve un virus que se propaga. Se vuelve así misma mas guerrera, mas fuerte, mas resistente, mas revolución.

sábado, 16 de enero de 2010

La ultima caminata del tigre


En los montes descansa apacible el viejo tigre tan solitario.
Se lo escucha vagar en las tardecitas calmas, sin mucho que dar, se abre paso con caminar lento y triste, con los ojos viejos, se ve en su cara dolor, que la vejez lo alcanzo y que ya no siente el fuego que todos los tigres llevan, ya se le ha apagado.
Camina y con la mirada vaga ve el cielo enrojecido por el atardecer otoñal. Otro día mas, pero ¿Qué le sucede?
Viejo tigre de montes callados y tristes, va deambulando por senderos nostálgicos de su pasado feroz.
Se ven las primeras estrellas, en él un pensamiento vago. Su cuerpo tirado en la cueva empieza a adormecerse y se va durmiendo. Se va durmiendo para siempre.

viernes, 15 de enero de 2010

Paisaje soñado

Tras los cristales del ventanal se despertaba la mañana
Nuestro paisaje iba tomando color, le iba dando vida el sol.

Con el murmullo de los pájaros se despedían el lucero y la luna
Escapaban de la claridad y de los presagios en el horizonte.

Cercano al infinito, se libraba una batalla
Marcadas cicatrices en el cielo y fuertes golpes en el mar.

En el viento calmo del alba aromas añejos
Llegaban a nosotros, reflejando la suave tempestad.

Tras el misterio de tus ojos cerrados,
El porvenir de la mañana dibujada en tu sueño.

Suaves gotas acarician el ventanal, tras él una mañana gris.
En el viento se elevan pétalos, marchita flor de tu ilusión.

Desdibujan tu paisaje, sueño prematuro,
Tristes llantos de pájaros anuncian tu partida, luna de escarlata.

Pedazos de sol entre las nubes, yo invisible a tu luz.
Ya te me has hecho inalcanzable en lo alto del cielo o en el fondo del mar.

jueves, 14 de enero de 2010

1

Despacito se hace paso la luz mala
Entre monte, río y luna nueva
Se hace música la noche
Se hace agua la sal…

Por lo bajo suenan las caricias
Entre los vientos y la arboleda
Saborcito a flores enamoradas
Coro de grillos en los reflejos de luz
La noche se hace artista en el escenario.

Infinito de oscuridad, cielito techo de papel
Que el amor se encienda en nuestro corazón barrilete
Y que la bola de cristal, farolito de infancia, Asome augurios de felicidad.

Y entre grillo y luciérnaga
Vamos tirando Gualichos a los dioses.

Y luz mala se hace buena
Y luna nueva se hace llena
Y la noche se hace silencio
Y el silencio se hace amor